La investigación titulada ‘Género, trabajo y proyectos de vida’, se centró en investigar cuáles son las diferencias entre hombres y mujeres jóvenes, que reciben propinas como retribución a su trabajo, en cuanto a las condiciones de vida y la manera cómo proyectan el futuro.

El estudio plantea que las mujeres, además de las labores en el espacio público, tiene responsabilidades en sus hogares como los oficios domésticos, la crianza de sus hijos y hasta personas enfermas en sus familias, lo cual sumado a la poca remuneración salarial, limitan las posibilidades de estudiar o de emprender otros proyectos.
 

Ante ello, David Andrés Díez Gómez, antropólogo de la Universidad Nacional, encontró que, a pesar del imaginario sobre el “sexo débil”, las mujeres muestran una mentalidad mucho más programática que les permite, con pocos ingresos, organizar proyectos de vida a mediano plazo. Por otra parte, los hombres no tienen una cultura del ahorro ni otros proyectos académicos o laborales.
 

Según la investigación, los hombres presentaban problemas de drogadicción y vinculación a pandillas. Además en sus casas no les exigían mayores responsabilidades y, aún así, no habían accedido a educación ni tenían planes de hacerlo a corto plazo.
 

“En contraste, uno de los ejemplos de la proyección femenina es el caso de una joven que, a pesar de ser discriminada por su homosexualidad, no se rindió ante este obstáculo y se trazó un plan de ascenso social. Ella se esforzó ahorrando para adquirir un pase de conducción que le permitiera cumplir su sueño de ser camionera. Esto representó un gran avance para una mujer que trabajaba en la calle y sobrevivía de propinas”, afirmó Díez.

Tomado de:dinero.com