Diciembre será un mes clave. Será el principio de una apuesta para mejorar la calidad de un modelo que a lo largo de estos últimos años ha dejado en evidencia enormes falencias, el causante de que un porcentaje mayoritario de la población esté sin pensión. Y aunque no se sabe a ciencia cierta si al final de año la situación mejorará ostensiblemente, la meta que se ha puesto el Ministerio de Trabajo genera, por lo menos, grandes expectativas: ampliar la cobertura a más de siete millones de trabajadores que hoy no cuentan con protección para su vejez porque tienen un trabajo informal o no cumplen los requisitos para pensionarse.

Desde febrero Rodrigo Pardo, titular de la cartera, ha venido anunciando el Nuevo Modelo de Protección para la Vejez, con el que se pretende, entre otras cosas, ampliar la cobertura del Sistema General de Pensiones (SGP), disminuir la enorme desigualdad que hay en el país y crear un mecanismo que sea sostenible.

La apuesta es reducir unas cifras que reflejan el fracaso del esquema que desde hace años impera en Colombia. Por ejemplo: a junio de 2013 había ocho millones de cotizantes activos en el SGP, cuando los afiliados eran 17,8 millones, y únicamente el 10% de los que cotizan logran pensionarse, es decir que una de cada diez personar alcanzan este anhelado propósito.

¿Cómo revertir este escenario? Según el mintrabajo, a través de un plan que incluye un sistema de beneficios económicos periódicos (BEP) y un seguro de desempleo para los trabajadores afiliados a las cajas de compensación familiar. Con el primero se busca proteger a quienes ganan menos de un salario mínimo y, por sus bajos ingresos, no pueden entrar al sistema. La idea es que ahorren lo que puedan y cuando llegue la edad de retiro el Estado les dará un subsidio del 20% sobre este monto.

Por otra parte, con el seguro se busca que quienes pierdan el empleo sigan manteniendo su cotización en pensión y salud y cuenten, al menos durante seis meses, con los beneficios que les ofrece el subsidio familiar. Además se pretende brindarle aún más impulso al programa Colombia Mayor, con el que adultos de más de 65 años de Sisbén 1 y 2 reciben un aporte del Estado. Según el ministerio, la meta es alcanzar una cobertura de 2’400.000 personas que viven en extrema pobreza.

Otras propuestas son crear una pensión familiar, en la que los ahorros de una pareja se puedan unir, y permitir la cotización retroactiva con la que, si se llegó a la edad de jubilación y no se cotizó lo necesario, se puede recibir la pensión mientras se completan las semanas faltantes.

Pero quizás la apuesta más importante de esta reforma es tratar que el régimen de prima media (RPM), administrado por el Estado, y el régimen de ahorro individual (RAIS), administrado por los fondos de pensiones privados, se complementen y articulen, y de alguna manera se eliminen la competencia y la desigualdad entre ambos. De hecho, dos personas en las mismas condiciones reciben mayor pensión del primero que del segundo. De lograrse tal vínculo, todos los trabajadores formales accederían al subsidio del Estado.

Actualmente, para poder pensionarse con el RPM es necesario cotizar durante 1.250 semanas, mientras que en el RAIS se obtiene una pensión de acuerdo con la suma ahorrada. Y si no alcanza para un salario mínimo se debe acceder al beneficio solidario, para lo que se requiere haber cotizado 1.150 semanas. En ambos casos, para lograr la jubilación las mujeres deben tener una edad de 55 años y los hombres de 60. Sin embargo, según lo establecido en la Ley 797 de 2003, ese tiempo se extenderá a 57 y 62 años, respectivamente.

Así pues, si la estrategia del Gobierno tiene éxito, el país aumentará paulatinamente su cobertura pensional hasta alcanzar el 85%. Pero habrá que ver entonces si este modelo, como se promete, resulta sostenible, pues, como lo dice el mismo mintrabajo, la única razón de que hoy no haya déficit es que son muy pocos los colombianos que logran pensionarse.

Tomado de: elespectador.com.co